Feroz y rápido

Sin pies ni cabeza comienza una historia sin ninguna moraleja. En lugar de ser humano, soy perro medio lobo medio perro. Hundido en un abismo de incertidumbre y perfilado por una imagen de mi mismo algo borrosa por el tiempo, ahí estaba yo, transformado, retocado, y perdido en las calles vacías de Beijing. Era increíblemente temprano para un hombre perro hombre lobo para estar caminando por esas calles sin horizonte, viejas pero no sucias, asfaltadas pero con baches y vacías, muy vacías. Con 2 y 3 carriles para cada sentido de la marcha, circulaba un perturbado animal por el arcen. Con una completa forma animal corría a más de 40-50 km/h toda la llanura de la calzada, sin divisar coche o persona alguna, yo corría. Me sentía, para entonces, completamente fuera de mi mismo, repudiaba mis sentimientos humanos y, por defecto o por fortuna solo sentía el aire, mi instinto desequilibrado y una fuerza exorbitada. Una fuerza que experimentas cuando estas lleno de rabia, rabia ruda, que aunque estando en una pelea contra 4 negros del bronx tú, adolorido, sigues avanzando. Súbitamente, como si supiera donde ir, subí unas escaleras de un edificio Chino (supongo) y destroce completamente la casa. Baje de aquel cuarto hecho trizas y volví a correr, correr, correr... Sin yo darme cuenta, resulta que estaba corriendo por las calles de Hong Kong, rodeado de luces y, casualmente, de vendedores de comida callejera dentro de sus carricoches atrofiados. Curioso, seguía con mi forma animal pero, esta vez me sentía más perro que lobo, marcaba más colmillos al correr y me sentía más astuto. Giré a la derecha por una curva subliminal llena de bombillas de todos los colores. Acabe llegando, con mi forma canina, a un bar en el que había, en la barra, dos mujeres bastante roñosas, con toda la apariencia de ser camboyanas. Al otro lado de la barra había varias botellas dispersas, detrás de ellas un espejo inmenso que cubría toda la extensión de la pared y entre el espejo y las botellas un tablero de dardos enorme con una grandiosa diana roja y en el centro de ella un puntito negro. El tablero no me dejo verme con precisión en el espejo y ahora tenia la incertidumbre de qué era exactamente. A la derecha del bar había mesas, unas 4, llena de niños y un cocinero chino con una especie de lunar en la barbilla del que brotaban pelos de todos los tamaños, blancos y negros, que le daban un toque de sabiduría a su avanzada edad.

No había nadie atendiendo en la barra, solo 4 dardos en la mesa esperando ser lanzados. Para entonces carecía parcialmente de mi forma animal perruna para, mas bien, ser un hibrido entre perro y humano. Entonces estaba encorvado, con los brazos barriendo el suelo, rodillas constantemente flexionadas, cabeza titubeante y los ojos nerviosos, curiosos y perdidos entre el limitado espacio de aquel bar (que ahora parecía ser irlandés) en Hong Kong. Como un completo neandertal, con mi cuerpo de hoy en dia pero bruto y a la vez semiconsciente de todo.
Teniendo esta forma, mis pezuñas ahora eran dedos. Agarré aquellos dardos, con fuerza los lancé para intentar llamar la atención de todo aquel que habitaba dentro de aquel bar de rarezas. No hubo manera, mi presencia pasaba desapercibida por todos. Lancé los dardos más fuerte aun, sin apuntar a la diana, haciendo un ruido tremendo y fallando los dos últimos tiros que me quedaban. Solo conseguí que aquellas dos, ahora prostitutas, se rieran de mi. De golpe, apareció una especie de barman, rubio, desnudo y algo amariconado que me hizo sentir esos escalofríos de grima típicos de hombres perro lobo. Las dos prostitutas que ahora parecían estar más limpias hablaban de lo atractivo que era aquel hombre en cueros. Su oficio no era otro que actuar como los encargados de las tiendas de atrapababobos en las ferias de gitanas de atracciones.... Pasarte la escopeta, cargártela y, reírse, entre dientes, de como te había timado, creyendo tú que conseguirías aquel inmenso peluche estúpido.

Hice mucho ruido, revente unas veinte copas llenas de vino y cava, las sillas volaban por encima de mi cabeza y, cuando me canse, ya había recobrado la forma humana. Era más consciente, más sutil con mis movimientos, más recto, más humano. Con un bañador rojo, mi camiseta de Malasia Tour y completamente aturdido me senté en aquellos taburetes rotos. Nadie se atrevía a tocarme dado que conocía como quebrar cualquier hueso del cuerpo en cuestión de segundos. Aparentemente me tenían miedo y respeto. Aquellos niños estaban sentados, destapando una bandeja de arroz blanco cubierta de un plástico de cocina transparente. Detrás, el anciano asiático profesor, quien me invitó amablemente a participar en el examen de la semana que viene. Consistía en preparar un arroz combinando nuestras cualidades y sus ingredientes... Curioso.

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Dos vecinas Valencianas ... Locas!

Vamos a variar un poco la línea del blog. No solo subiré noticias relacionadas con China, con su cultura y en general sobre mis experiencias sino tb, sobre internet. Hay mucho material descojonante suelto que, constantemente, te kedas muerto (literalmente) de risa. Lo que subo a continuación es un pequeño reportaje del Canal 4 donde dos vecinas de Valencia tienen... ciertos problemillas entre ellas. Realmente vale la pena verlo pq no me esperaba ver tales frikis tan abiertamente raros. Descojonante!

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Weblog de un enamorado (C.E.Y)