Perdido en el tiempo, buscando una respuesta, un orden que de sentido a toda mi existencia. Metas predispuestas, caminos desgastados por pocos, palabras dolorosas sin criterio, distancias que lo único que hacen es llenar de más mierda mi cabeza. Estoy experimentando la fuerza de la impotencia. Poder, querer y no poder. Gritos vacíos de sonido, sonidos llenos de fuerza, fuerza llena de esperanza, esperanza llena de gritos.
Parece que no haya escapatoria al hábito con propósito pero sin un sentido inmediato. Tensión reprimida, dientes aplastados, venas bombeando sangre a toda presión, músculos tensos, rabia contenida dentro de un gran dolor costoso.
Rodeado de distancias, abarrotado de sensaciones inexpertas, sumergido en algo poco característico. Me hundo en el futuro muy rápido y no paro de nadar hacia la superficie.

Sintiendo una frustración fría, helada. Estoy viviendo la neutralidad de la impotencia, la pasividad de la incertidumbre, la angustia del vació....
Todo el temor es absorbido por mi cólera y expulsado por coraje. Toda esa rabia, toda esa mísera impotencia, todas y cada una de las lágrimas derramadas serán mi biblia, serán mi guía.

Yo les demostraré que contra mi no pueden, yo les demostraré que esa impotencia se va a ir al diablo, les demostraré que no soy lo que creen, les demostraré que mis gritos son fuerza. Basta de hablar en futuro, el futuro siempre será cosa del pasado, viviré el presente. Espero que toda esa rabia, todo ese ego, toda esa ineptitud no se disuelva en el más de los absolutos recuerdos del olvido. No hay cosa que me ayude más a seguir adelante que destrozar a aquellos que me han jodido. Ahora me mueve el ego, me mueve un delirio infernal, me arrastra por el suelo cuando más jodido estoy, me ayuda a levantarme, me tiende la mano.
Estoy cambiando mi patrón, estoy cambiándome, puede que lentamente pero llegará mi momento. No te preocupes, LLEGARA.

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